domingo, 20 de junio de 2010

Nacidos en la cesta de una bici

Me fascina la habilidad de los alemanes sobre dos ruedas. No sólo me sorprende que gente de más de 80 años siga moviéndose en este medio de transporte por la ciudad, sino su capacidad de realizar varias tareas a la vez mientras circulan en bicicleta.

Es relativamente frecuente ver a chicas jóvenes que van a la oficina a diario en bicicleta (haga el tiempo que haga), por supuesto van ataviadas con falda y tacones. De camino a la oficina hablan por el móvil, mientras en la otra mano sostienen un café del San Francisco Coffee Company.Pero, ¡qué equilibrio y qué soltura!También las personas mayores tienen super-poderes. Sostienen cosas con ambos manos, o comen un bocadillo con la derecha y llevan la compra con la izquierda, y ¡no se caen!. Parecen equilibristas del circo.

Me pregunto si cuando nacen los bebés alemanes, llevan incorporada una bici. Y si después en la guardería, asisten a cursos para mejorar su equilibrio y convertirse en los reyes de la pista.

Personalmente puedo decir que no soy capaz de circular comiendo un sandwich y leyendo el periódico, tampoco me arriesgo a soltar mucho el manillar por si las moscas. Si algún día lo consigo, os lo haré saber inmediatamente.

2 comentarios:

tere dijo...

ja, ali, que bueno, la verdad es que seria interesante saber si a los niños les dan cursos especiales para montar en bici ó si solo es cuestión de práctica, práctica y por lo tanto acabas acostumbrandote como el que monta en patines.
En fin a mi tb me sorprende, pero evidentemente ayuda mucho el tener una ciudad sin cuestas y con el respeto del carril bici, cosa que aqui creo que es casi imposible.. ya sabés por aquello del caracter spanis.

Besos

Nuria dijo...

Hola Ali

Creo que tienes la razón y desde chicos les enseñan equilibrio, por algo inventaron esas bicis sin pedales para que los enanos de 2 años aprendan a cojerle el truco, nada de los clasicos ruedines y un padre una semana detras del niño para quitarselos despues.

Para mi la palma se la llevan los surferos del Englischer Garten que llevan tan tranquilos con la bici y la tabla en la mano